Albert Sihod
Yo voy, lobo estepario, trotando por el mundo de nieve cubierto; del abedul sale un cuervo volando, y no cruzan liebres ni corzas por este desierto...
Bebida
Bebía
—y bebía
de todo—
por miedo.
Porque
la vida
dolía y
yo hacia mis
locos
intentos
por escapar
de sus
fauces.
Por miedo a
no tener
tregua.
Pero
la tregua
se ha
asomado
por la
ventana y
me
guiñe el ojo.
Brindo
esta noche
por ella.
Te lo advierto
Si eres feliz procura borrarte
esa sonrisa de la jeta al salir
de casa.
Las personas la única felicidad
que pueden respetar es la
propia.
Te lo advierto:
que no se enteren.
Precaución
Suele salir todas las mañanas de casa
casi siempre a las misma hora.
Hermosa morena femme fatale con
ese tremendo cuerpazo;
es esa clase de mujeres que saben
lo que se cargan en la entrepierna
y peor—¿ o mejor?—aún;
saben bien como utilizarlo.
Hay un río aquí cerca; lo mejor será
no acercarse
no acercarse
a esa mujer.
Accidente
En el diccionario:
Suceso eventual que altera el orden regular de las cosas.
Coloquialmente:
Es algo que sucedió pero que nunca debió de haber
sucedido.
Esencialmente es lo que creo que fue lo nuestro mujer;
un accidente
en una muy calurosa de tarde de verano
Nadie está exento.
He visto a muchos buenos hombres
caer en depresión por mujeres que nunca valieron la pena.
Mujeres cuyo desprecio se atreverían
a escupir en tu cara sin sentir ningún remordimiento.
Incluso yo fui víctima de alguna de ellas;
Contoneándose por las escaleras de mí casa.
Un hombre puede llegar a sentír debilidad e incluso
un poco de sumisión frente a una dama de tacones altos.
Salinas le escribía una epístola diaria a Margarita y
después él la engañó con una americana.
Lo cual significa que también nosotros podemos ser
unos hijoputas sin remordimientos. Nadie está
exento.
Bajo los cascotes
Después de haber pasado
por algunas docenas de mujeres
que sin consideración
trataron de aniquilarme con la sutil
manera en la que la mantis religiosa
le corta la cabeza a su macho
Después de acostarme
y no acostarme con ellas
y sentirme tan vacío como una
botella de whisky en las trémulas manos
de un alcohólico a las cuatro de la mañana
Después de mentirles y
dejar que me mintiesen
Después de engañarlas y
dejar que me engañasen
apareces tú
que me haces sentir tan natural
como la leve brisa que acaricia mi suave estor
como un efluvio nacido en la vorágine de una ventisca
como un simple pulgar que busca tocar al índice
o viceversa.
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