Bajo los cascotes




Después de haber pasado
por algunas docenas de mujeres
que sin consideración
trataron de aniquilarme con la sutil
manera en la que la mantis religiosa
le corta la cabeza a su macho
Después de acostarme
y no acostarme con ellas
y sentirme tan vacío como una
botella de whisky en las trémulas manos
de un alcohólico a las cuatro de la mañana
Después de mentirles y
dejar que me mintiesen
Después de engañarlas y
dejar que me engañasen
apareces tú
que me haces sentir tan natural  
como la leve brisa que acaricia mi suave estor
como un efluvio nacido en la vorágine de una ventisca
como un simple pulgar que busca tocar al índice
o viceversa.

2 comentarios:

  1. Me gustó mucho tu entrada en DeGlozel y me paso a verte. Me gusta mucho tu forma de decir las cosas, sin tapujos y con toda la razón. Me quedo en tu espacio.
    Un abrazo !!

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  2. gracias, despues enviaré algo en prosa. saludos.

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