Nadie está exento.


He visto a muchos buenos hombres
caer en depresión por mujeres que nunca valieron la pena.
Mujeres cuyo desprecio se atreverían
a escupir en tu cara sin sentir ningún remordimiento.
Incluso yo fui víctima de alguna de ellas;
Contoneándose por las escaleras de mí casa.
Un hombre puede llegar a sentír debilidad  e incluso
un poco de sumisión frente a una dama de tacones altos.
Salinas le escribía una epístola diaria a Margarita y
después él  la engañó con una americana.
Lo cual significa que también nosotros podemos ser
unos hijoputas sin remordimientos. Nadie está
exento.

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